martes, 31 de mayo de 2011

EVOLUCIÓN DE LAS ENFERMEDADES ALIMENTICIAS


Los trastornos de la conducta alimentaria son cada día mas frecuentes, pero también se conocen cada vez mas y mejor y se detectan antes. La anorexia y la bulimia nerviosa son las formas mas conocidas de los llamados trastornos de la conducta alimenticia (TCA), patologías caracterizadas por el miedo obsesivo a engordar, por las que una persona restringe exageradamente su ingestos de comida o se pega atracones y después se pulga. Se trata de enfermedades mentales graves, que en algunos casos pueden llegar a ser crónicas y provocar la muerte.
Si la sociedad no fuese demandante de la delgadez, o , mejor dicho no castigase sobre peso, seguramente habría muchos menos casos porque si la delgadez no es deseable, nadie la busca.
El motivo es la vulnerabilidad y caracteriza a los enfermos fundamentalmente a las mujeres que padecen trastornos alimenticios; personas con una enorme necesidad de aprobación social algo que hoy en día pasa por presentar el aspecto que ordenan los canones de cabeza. De ahí que no exista una formula sencilla para aprobar la prevención de este tipo de patologías si no que se debe hacer desde la implicación de todos los estamentos.
La sociedad, la autoridades sanitarias, los medios de comunicación, las familias…. Todos tienen su papel. Este no es un tema sencillo, la prevención a los trastornos alimenticios pasa por cambiar los valores y eso no puede hacerse solo desde un ámbito, ya que dicho cambio requiere de un importante esfuerzo educativo, dentro del mundo de la comunicación y un proceso de cambio de mentalidad.
Los TCA no son patologías con cosas claras y científicas, pero si existen un perfil claro de persona vulnerable a padecer un trastorno de este tipo. Así, quien mas papeletas tiene para enfermar es una mujer, adolescente, con baja autoestima y una gran necesidad de aprobación social, que vive en el mundo occidental (se a comprobado que las hijas de inmigrantes no desarrollan anorexia o bulimia sino cuando se trasladan a países de occidente).
Empiezan dietas, al cabo del año, millones de personas y, afortunadamente, son enferman unas pocas. Luego están las actividades de riesgo como la gimnasia rítmica o el modelaje, donde aumentan las probabilidades de que una persona vulnerable acabe desarrollando el trastorno alimenticio.

Aquí tenemos algunos casos:




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